miércoles, 13 de noviembre de 2013

RESUMEN TALLER DE PADRES 8 DE NOVIEMBRE 2013: EL PESIMISMO Y EL OPTIMISMO




El pasado día 8 de Noviembre copps psicólogos Valencia, dio inicio en el taller de padres a una serie de sesiones que tienen como contenido central el tema de las emociones y el factor adaptativo de las mismas, contemplándose fundamentalmente el valor educativo de las emociones tanto en el ámbito escolar como familiar.

Comenzamos con la explicación de los experimentos llevados a cabo por el profesor Martin Seligman en los años sesenta con los que dio comienzo a la llamada psicología positiva.

Con estos experimentos Martin Seligman, definió la diferencia y los motivos de la misma entre el optimismo y el pesimismo.
En este sentido es característica definitoria de los pesimistas que se inclinen a pensar que lo desagradable durará siempre, o por lo menos muchísimo, socavarán cuanto se propongan hacer......y será por su culpa. Los optimistas, que deben enfrentarse con los mismos golpes de este mundo, piensan de manera completamente opuesta. Tienden a pensar que la derrota es sólo un contratiempo pasajero, que sus problemas se reducen a esa única circunstancia. Los optimistas no atribuyen los contratiempos a su propia culpa, sino que lo achacan a la mala suerte, los provocan otros o sencillamente suceden. Esas personas no se desconciertan frente a la derrota. Enfrentados a un problema, perciben que allí se les presenta un reto y lo intentan otra vez con más energía.



Esas dos formas de considerar los problemas tiene sus consecuencias. Cientos de estudios demuestran que los pesimistas se rinden más fácilmente y se deprimen con mayor frecuencia. Esos experimentos prueban también que los optimistas van mejor en los estudios, en el trabajo y en el deporte. Sobrepasan regularmente los promedios de las pruebas de aptitud. Cuando los optimistas aspiran a un cargo, tienen más posibilidades de triunfar que los pesimistas.

Una actitud pesimista puede parecer permanente. Y, sin embargo, se han encontrado formas de eludir el pesimismo. En realidad, los pesimistas pueden aprender a ser optimistas, y no por medio de trucos tan carentes de sentido como sería silbar una canción alegre o decir tonterías, sino aprendiendo toda una nueva batería de habilidades cognitivas.

El fenómeno central que constituye el núcleo del fenómeno del pesimismo es el sentimiento de impotencia, de desamparo. Se trata de un estado de cosas, de una situación donde nada que uno pueda elegir habrá de afectar a lo que ocurre.

Hay muchas cosas de la vida que están más allá de nuestro control; pero también existe un territorio que puede responder a nuestro control, si decidimos hacerlo.......o seguir incontrolado, si lo dejamos a otros o al destino. Tales actos comprenden nuestra manera de vivir, nuestro comportamiento con los demás......etc. Nuestro modo de pensar en torno a todo esto puede acentuar o reducir el control que tenemos con la vida. Nuestras ideas y pensamientos no son simplemente reacciones frente a los acontecimientos, esos pensamiento e ideas cambian las consecuencias. Por ejemplo, si pensamos que en modo alguno podemos intervenir en el futuro de nuestros hijos, entonces quedaremos paralizados cuando debamos enfrentarnos a ese aspecto de nuestras vidas. El solo pensar: " Nada que pueda hacer tiene importancia", es suficiente para impedirnos actuar. Es así como cedemos el control a los amigos de nuestros hijos, y a sus maestros, además de entregarlos a las circunstancias. Cuando sobreestimamos nuestra impotencia, siempre habrá otras fuerzas que tomen control y modelen el futuro de nuestros hijos





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