lunes, 13 de abril de 2015

EL METILFEDINATO Y EL RENDIMIENTO ESCOLAR

La prescripción de metilfedinato en niños con trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad es una práctica habitual respaldada en los supuestos beneficios que posee este psicoestimulante para disminuir la activación y facilitar la concentración del niño, lo que, a su vez debería reflejarse en la mejora de su rendimiento escolar.
Un equipo de investigadores analizó los efectos del metilfedinato en el rendimiento escolar y el nivel de bienestar de más de 15.000 niños a lo largo de un periodo de 14 años. Específicamente, los investigadores examinaron en el año 1994 a más de 16000 niños de entre 0 y 11 años, y cada dos años fueron evaluando su progreso hasta el año 2008. 
La muestra localizada en el último seguimiento se compuso de 9818 niños a los que se evaluó sobre la presencia de síntomas de TDAH, trastornos emocionales, rendimiento escolar y problemas de comportamiento. Los resultados publicados a través de la Oficina Nacional de Investigación Económica de Cambridge, apuntan que el consumo de metilfedinato se asoció a una disminución significativa en el rendimiento escolar, un aumento de la probabilidad de repetir curso y a peores puntuaciones en matemáticas, principalmente, en los niños frente a las niñas. Así mismo, se observó un incremento significativo de sentimientos de infelicidad y de problemas de convivencia con los padres, siendo estos efectos más notables en el grupo de niñas que en el  de niños. Con el paso del tiempo, el mantenimiento de la administración de metilfedinato se asoció a una mayor probabilidad de abandono escolar en niños, así como a una mayor presencia de trastornos del estado de ánimo

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